miércoles, 18 de diciembre de 2013

Navidad en Filipinas.



Querida familia:

A seis meses de estar por estas tierras, seguimos extrañando nuestro país. Sin embargo el Señor nos llama a mirar detrás de los sentimientos y a descubrir lo que El nos está ofreciendo en este hermoso país.
En estos días, previos a la Navidad... ¡¡¡todavía no podemos creer que es Navidad!!!.




Primero, porque hace un calor enorme y normalmente relacionamos frío con  Navidad. Estar todos abrigados, pidiendo posada, tomando un delicioso ponche, pero nada de eso se hace aquí.

No ves luces especiales en las calles, ni nacimientos, ni calles adornadas especialmente.  Sólo los centros comerciales, eso es igual en todos los sitios. El famoso "Santa Claus" sentado buscando con quien retratarse.  Las tiendas con promociones especiales por Navidad. Eso no cambia, ni aquí, ni en China.  El consumismo sigue siendo el mismo a donde quiera que vayas.

El calor es altísimo, no disminuye ni con las lluvias de esta temporada.  La Navidad para el filipino es un tiempo de fiesta.  Pero como todo el año es fiesta, no se ve mucha diferencia.

Lo que lo hace distinto es que desde el día 16 de diciembre empiezan las "misas de gallo" que son a las 4.30 de la mañana, como lo oyen...  Empezar desde muuuuuy tempranito, con la misa y así los 9 dias previos a la Navidad.  Es decir, que aquí hay 9 "misas de gallo", desde el 16 hasta el 24 de diciembre.




Por lo tanto, no hay posadas. No se conoce en estos rumbos los típicos cantos que entonamos en México "en el nombre del cielo.. os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada".  Es otra manera: La fiesta de vivir un día más se realiza todos los días, la posada a los hermanos más pobres es todos los días, el nacimiento de nuestro buen Dios en cada gesto de amor a los filipinos, nos lo pide todos los días.

Esta Navidad para nuestra familia será muy distinta. Quizá sin "posadas" sin "ponche" sin luces y sin parientes.  Será celebrar el nacimiento de un Dios en el silencio, sin tanto ruido, sin tantas luces, en la soledad de la cueva de Belén. 

Este año la propuesta de Dios para nosotros se llama: Encarnación.  Es decir, en medio de esta cultura filipina, la Palabra quiere hacerse carne y habitar entre nosotros  (cf. Jn. 1,14) 


Por supuesto, que no será fácil pasar nuestra primera Navidad fuera de México.  Pero sabemos que somos extranjeros en este mundo y que vamos caminando hacia la Patria definitiva: El Cielo. Simplemente es vivir la Navidad como José y María: ellos no la pasaron entre fiestas, ponches, vinos, luces,ni ruido sino en el silencio: contemplaron, amaron y fueron testigos del nacimiento del Dios Vivo.

lunes, 25 de noviembre de 2013

¡¡¡¡LES PRESENTAMOS A NUESTRA FAMILIA ASIÁTICA!!!


El fin de semana del 26, 27 y 28 de octubre conocimos a toda nuestra nueva Familia Verbum Dei de Filipinas en el tercer encuentro nacional. Es algo así como el Damasco de México. Nos reunimos alrededor de 300 personas de todas las edades, colores, tamaños e idiomas: Desde pequeñitos hasta abuelitos.
No sólo había miembros de la FaMVD,  también había un grupo grande de invitados de otros movimientos y comunidades religiosas. Entre ellos, un grupo de chinos que participaron en el encuentro nacional, con el interés de conocer al Verbum Dei porque quieren trabajar con nosotros. También había hermanas y sacerdotes de comunidades religiosas que radican en Manila.


Tuvimos un regalo muy especial:  La participación de jóvenes sordo mudos que forman parte de la FaMVD de Filipinas. A ellos se les traducía en todo momento las conferencias, y se nos entregó al inicio del encuentro una tarjeta de palabras para que pudiéramos comunicarnos con ellos. Esto comprueba que la Palabra de Dios es para todos, Dios es un Padre incluyente.



Y como verán, el Señor sigue ensanchando nuestro corazón más y más. Abrirnos a una cultura asiática, a trabajar en otro idioma, a conocer a nuestra Familia Verbum Dei que habla en inglés, visaya, tagalog, chino y el idioma de las manos para los sordomudos.
En una de las eucaristías rezamos el Padre Nuestro en Chino, fue un momento impresionante para todos los asistentes. Es la llamada de nuestros hermanos asiáticos para que los católicos llevemos la fe a todos los rincones del mundo. Filipinas es el único país católico de toda Asia, pero ¿cómo estamos compartiendo este tesoro con el resto del continente?   Nos preguntaba un sacerdote chino que fue invitado a participar en este encuentro y decía: “Por favor, vayan a China, China necesita su fe”.



Y para nosotros como matrimonio mexicano, hubo un momento que nos hizo descubrir quién está detrás de todo esto, como en las bodas de Caná en Jn.2. ¿Quién estaba detrás de la transformación del agua en vino? ¿Quién miró la necesidad de los novios antes de que los propios novios se dieran cuenta? ¿Quién impulsó a Jesús a hacer su primer milagro?  Pues claro: ¡María!
Un matrimonio chino nos compartió que la única imagen de la Virgen que el gobierno de China ha permitido tener a los católicos es la imagen de la Virgen de Guadalupe. Ninguna otra ha podido entrar a China. Por lo que a la Virgen de Guadalupe le están pidiendo que se abran las puertas de China para que se pueda vivir y proclamar con libertad la fe católica en ese país. Es a la Virgen de Guadalupe a la que se han consagrado algunas de las Diócesis de China en la que hay más católicos o persona que poco a poco se van convirtiendo al catolicismo. 



¿Cómo cerrar los ojos ante el trabajo de Evangelización en Asia? ¿Cómo cerrar los ojos ante la necesidad que viven nuestros hermanos de tener el “vino” del Amor de Cristo en sus hogares? ¿Cómo decir no a nuestra querida Mamá María que nos invita cada día a hacer lo que Él nos diga?

Este encuentro fue una puerta que Dios abrió para mirar el continente asiático (Ap. 2,8)


martes, 12 de noviembre de 2013

Tifón en Filipinas.

Estimados amigos y familiares:
Antes que nada, queremos decir que gracias a Dios nos encontramos bien. En la isla en la que vivimos, el Tifón sólo ocasiono lluvias, por lo en Mindanao no hubo grandes daños.

Ahora que estamos siendo conscientes del daño que ocasionó y la destrucción casi total de varias ciudades, no podemos negar que experimentamos dolor y una mezcla de frustración y confusión. Que curioso nuestra conciencia esta despertando como de un letargo, cuantas veces a lo largo de la vida escuchamos de noticias que nos provocan una pequeña sensación de malestar pero no pasa de decir pobre gente y si acaso pedimos por ellos en la misa del domingo. Ahora es diferente quizá porque vivimos entre un pueblo que sufre, sufre por la injusticia, ha sufrido la invasión de varios países a lo largo de su historia, sufre por su ubicación geográfica. Hace menos dos años Cagayán de oro, sufrió una inundación terrible también debida a un tifón en donde murieron muchas personas, ahora hace menos de un mes un terremoto y antes de que se pueda recuperar de la impresión llega un "Super tifón" Experimentamos junto con ellos dolor, y junto con ellos el miedo durante la semana que se estuvo anunciando que venia hacia acá el tifón y bueno prepararnos.



La pregunta ¿cómo se puede preparar? Es cierto que hay algunas medidas básicas pero para nosotros todo fue muy nuevo y desconocido. Nuestra oración como familia en estos días era preguntarle a Dios ¿Dónde estas? ¿porqué? y ¿Para qué? Hay respuestas teóricas intentando explicar pero en estos momentos ninguna es suficiente. Y es lo mismo que entendíamos en la oración: "Hay cosas que no se comprenden" solo quiero que no olviden que Yo tu Dios, soy Amor. Así que descubrimos a Dios en medio de este pueblo que sufre, está en cualquier lugar donde hay un gesto de amor y de entrega desinteresada por los hermanos, está, donde alguien sale de su zona de confort y se decide ha comprometerse con los hermanos a dar.... a darse a si mismo. Dios se muestra a través de tantos misioneros, misioneras, matrimonios y laicos comprometidos que han decidido vivir y compartir su fe con un pueblo que no es su pueblo, sus dolores y sufrimientos. "Yo estos con ustedes todos lo días hasta el fin de los tiempos" Mt 28 Dios está en tantas personas que no tienen un Credo pero que no son indiferentes a las necesidades de sus hermanos, y salen en su ayuda no solo espiritual sino material "Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, sufría y me consolaste". Mt 25. Dios verdaderamente nos esta ensanchando el corazón y nos esta despertando la sensibilidad.



Pedimos sus oraciones por este pueblo Filipino que ha sufrido bastante y le invitamos a darse cada día, preguntarse por las necesidades de los mas cercanos para poder salir a su encuentro. Poncho, Adriana e hijos. Puedes escribirnos: famisvd@hotmail.com





martes, 22 de octubre de 2013

¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?


Queremos agradecerles a todos ustedes la preocupación que nos han manifestado en estos días que se han vivido fuertes temblores en las Islas Filipinas. Gracias por sus manifestaciones de cariño, por sus oraciones y por todos los detalles que nos manifiestan su cercanía, a pesar de la distancia.
Para nosotros no ha sido fácil vivir estos momentos. Las consecuencias del temblor en la isla de Bohol son tan grandes que hay muchas personas fuera de sus hogares por miedo a que se vuelva a repetir.
Muchos templos construidos en los primeros siglos de evangelización española fueron destruidos por la magnitud del temblor.  Además de poblaciones incomunicadas porque se destruyeron algunos puentes. Nos sorprende la manera tan normal en la que nuestros hermanos filipinos enfrentan esos desastres naturales: temblores, tifones e inundaciones frecuentes.


La muerte es parte de la vida, porque convivimos con ella en todo momento.  Aprendes a vivir cada día con más agradecimiento porque te das cuenta que cada día es un regalo de Dios.
En estos días, al ver el periódico me estremecía con las imágenes de los templos hechos “ruinas” prácticamente convertidos en nada, lugares históricos desde los años 1500 o 1600.  Me sorprendió bastante una foto en la que en la parte inferior decía: “milagro” y observé con detenimiento.
Era la foto de una capilla destruida totalmente y en medio de todas las rocas estaba la estatua de la Virgen María llena de tierra, pero con los brazos juntos en posición de oración. La gente de esa isla se preguntaba ¿cómo es posible que todo el templo se destruyó y la estatua permaneció intacta?


Cuándo escuchaba las preguntas, en mi corazón recordaba la frase de la Virgen de Guadalupe cuando le expresa a Juan Diego en el Tepeyac: “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás acaso en el cruce de mis brazos? No tengas miedo”
Experimenté una la llamada a la confianza y el abandono en las manos de Dios, a través de la ternura de María.  Esas palabras han llenado de paz y consuelo mi corazón.

El Señor nos está llamando a vivir, caminar, sufrir y entregar la vida al lado de nuestros hermanos filipinos. Sólo así será creíble el Evangelio que les predicamos. Sólo así,  la Palabra se hará carne, en medio de nuestra gran fragilidad humana.


miércoles, 9 de octubre de 2013

Bienaventurados los pobres...Mt 5.




Después de meditar y quedar muy cuestionado por el evangelio de este domingo, sobre el pobre Lázaro y el hombre rico. (Lucas 16), deseo compartir algunas breves reflexiones que he hecho en los últimos meses sobre la pobreza.
El evangelio es en definitiva una llamada a no ser indiferentes ante la necesidad de los pobres. Y en este sentido nuestra llegada a Filipinas ha sido para nosotros un encuentro también con la pobreza que en muchos sentidos para lo que estamos acostumbrados llega a ser miseria.



En mis pensamientos me decía ya me acostumbraré y no se me hará tan duro. Pero de mi corazón sale una petición a Dios, no permitas que me acostumbre a mirar a los pobres, que no me deje de doler la miseria humana, la injusticia, la desigualdad, es mas que me llegue a doler más para moverme a hacer más por ellos. Que pueda trasmitirles a los matrimonios Filipinos que estamos formando , esta sensibilidad , porque quizás ellos ya se han acostumbrado.




Muchas veces me dan ganas de darle la vuelta, de no verlo, en ciertas ciudades de todo el mundo se puede esquivar esta realidad, ya que los pobres están aislados en la periferia o en colonias a las que no entramos ni de chiste, los vemos solo de lejos o no vamos nunca. Aquí no se puede dejar de ver porque te encuentras con esta realidad en por todos lados, cuando sales de un centro comercial super lujoso en la calle de enfrente pobreza.

Otra experiencia que ha sido fuerte para mi es cuando llegan a pedirme dinero en la calle, son muy insistentes, y bueno hay algunos que me duele tanto verles. En una semana me prestaron un auto con el que llevaba a mis hijos a la escuela y cuando paraba en algún semáforo se acercaban a tocarme el cristal de la ventana y ahí estaban todo el tiempo que duraba la luz roja. Mi primera reacción ya que no traía dinero ni otra cosa que darles fue voltear la cara e ignorarlos, como si no estuvieran ahí, esto es lo que me decía la razón o la costumbre, pero el corazón me decía, mírales a los ojos, regálales una sonrisa, aunque parezca ridículo o una burla, mírales a los ojos. Que difícil es hacerlo cuando piensas que lo que necesitan es dinero o comida. ¿Qué puedo hacer por ellos?


¿Cómo despertar la conciencia en el mundo? ¿Cómo salirme de este mundo injusto donde la división entre ricos y pobres es tan fuerte?¿donde el derroche de unos puede ser la comida de varios meses de otros? Quiero que el evangelio me llegue hasta lo mas profundo y me ayude a cambiar mis valores, me sacuda y me despierte del cómodo lugar que tengo. Que puedo ofrecerles cuando no tengo el dinero suficiente para ayudar  y no haría mucho. “lo que tengo te lo doy…Mi fe” y sin embargo se que no basta.


No tengo una respuesta clara pero le pido a Dios que no me deje ser indiferente, que no me acostumbre a ver a los pobres, a ignorarlos a pensar que es lo normal y que en toda la historia de la humanidad es la manera de vivir.

Bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos.


martes, 1 de octubre de 2013

Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.


“Después de la tempestad, viene la calma” Dice la sabiduría popular.  De esa forma lo hemos experimentado en estos días.   Hemos tenido momentos muy difíciles de retos, sueños, miedos, proyectos, lenguaje, cultura… y ahora, el Señor trae la calma a nuestros corazones.

Es una especie de paga que el Espíritu nos da: la paz.  Esa paz que el mundo no puede dar, sólo en Dios se encuentra.  La paz de experimentar que vivas lo que vivas, enfrentes lo que enfrentes, estás haciendo la voluntad de Dios.

Ayer, fuimos evangelizados por los más grandes constructores de paz: ¡Los niños!
Organizamos una “pequeña reunión” para celebrar el cumpleaños de nuestro hijo menor , pensábamos en una cena sencilla y la sorpresa fue descubrir el sentido de la fiesta en los filipinos: música, comida, baile, fotos, regalos, niños y niños por todos lados.  Este es el ambiente propio de la cultura filipina: compartir la paz, celebrando la vida.



Hubo un momento especial de la fiesta donde les propusimos el juego de las sillas que tanto solemos jugar en México. ¿lo recuerdan? Consiste en acomodar una hilera de sillas con una cantidad inferior a las personas que van girando alrededor de ellas al ritmo de la música. Cuando la música termina, alguien se queda fuera y los demás siguen jugando.

Sin embargo, este juego no se puede jugar en Filipinas. Cuando terminó la canción y era el momento de “sacar” al que se había quedado sin silla, una niña acercó una silla más y le invitó a sentarse para que siguiera el juego. Todos reímos y siguió nuevamente la música, había que “sacar” a otro más para continuar con el juego. La misma niña, volvió a tomar otra silla para seguir jugando.  Nos quedó claro: En esta cultura nadie es excluido, todos son importantes.





Terminando la fiesta, me puse a reflexionar como es que nuestra cultura occidental nos enseña la competitividad, “sacar a otros del juego”,  dar premio a los “ganadores” que sacan a los demás del juego…  El contraste con los filipinos está confrontando mis esquemas egoístas, competitivos y elitistas, propios de la cultura occidental.



El filipino suele incluir a todos: Siempre cabe uno más en el jeepney, en la motorela, en la familia, en el juego, en el grupo “barkada”.  Nadie queda fuera porque todos son parte de la familia.
Y  después del juego, cuánto me hubiera gustado que vieran la mirada de esta niña: su rostro irradiaba tanta alegría.  Es la alegría del que trabaja por la paz, con un corazón descomplicado y fraterno.  Sin darse cuenta, esta pequeña niña de 4 años, Louise, nos estaba evangelizado profundamente a todos.



No cabe duda, hemos venido a Filipinas con título de “formadores” pero estamos siendo formados por estos pequeños niños que nos están enseñando lo que es “trabajar por la paz” como verdaderos hijos de Dios. (Mt. 5,9)

viernes, 20 de septiembre de 2013

No Tengas Miedo.


En estos días cumpliremos tres meses de estar aquí en Filipinas. Muchos sentimientos vienen al corazón: alegría, esperanza, riesgo, pero también mucho miedo.  Quizá también María experimentó miedo y por eso, el saludo del ángel iniciaba diciendo: “No temas María” (Lc. 1,30).  

 Lo hemos puesto todo en las manos de Dios: nuestras vidas, profesiones, familia, país de origen, cultura, idioma, amigos, apostolado y hemos querido confiar plenamente en El. Lo hemos dejado todo y tenemos la certeza de que El lleva la obra. Pero ¿Por qué experimentamos miedo?

Tenemos miedo ante los cambios tan drásticos que hemos pasado, miedo ante las diferencias culturales que vivimos, miedo ante el futuro de nuestros hijos, miedo a no poder expresarnos en otro idioma, miedo ante la situación económica, miedo a no saber cómo será esto…


Muchas luchas interiores también están presentes en la vida misionera.  A veces creemos que las principales dificultades que enfrentamos son el cambio de país o de cultura, pero no es verdad, la principal dificultad somos nosotros mismos y nuestros miedos.

Nos hemos acostumbrado a mirar el mundo desde una estructura donde todo está clasificado:  buenos y malos, ricos y pobres, americanos y asiáticos, creyentes y no creyentes, etc.  El Señor nos está ensanchando el corazón y nos quiere enseñar otros criterios para mirar a nuestro alrededor:   Sus ojos de Padre.

Y nos seguimos preguntando  ¿por qué hay miedo? Y poco a poco, descubrimos que nos resistimos a romper las estructuras que nos impiden mirar al hombre como Dios lo mira. Estas estructuras humanas generan miedo porque cada uno se esconde detrás de la bandera que defiende.  Estructuras que nos impiden ver que detrás de ese muro que ponemos para defendernos, se encuentra un hermano.

Muchas veces nos hemos preguntado ¿Por qué será que Dios nos trajo a Filipinas? Muy probablemente hemos venido para que El rompa nuestros esquemas tan estrechos.  Sabíamos en la teoría que cada hombre es nuestro hermano y hasta lo habíamos predicado, pero creemos que hemos llegado aquí para aprender a vivirlo.

Es alarmante la violencia que se enfrenta en muchos países, incluso en la propia isla en la que vivimos hay problemas muy fuertes entre musulmanes y católicos.  En esos momentos de miedo y de dolor, resuenan en el corazón las palabras de San Juan:En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor (I Juan 4,18).  ¿Cómo enfrentar los miedos? ¿existe el amor perfecto?  El Amor no es una utopía o un sentimiento, el Amor es el nombre de Dios.  Sólo un amor como el del Padre nos permite ver a los demás como hermanos y no como una amenaza.



Ayúdanos Señor a vencer los miedos que nos separan, los miedos que nos dividen, que generan guerras,  ataques, violencia. Los miedos que hemos convertido en murallas y que nos impiden vernos como auténticos hermanos, hijos de un mismo Padre.  Tú que eres el Amor perfecto, enséñanos a amar sin miedo.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Permanece unido a mí y darás mucho fruto. (Jn, 15,5)



A casi dos meses de nuestra llegada a Filipinas, iniciamos formalmente el curso de Formación, para preparar a 4 matrimonios Filipinos como matrimonio Misionero de  La Fraternidad Verbum Dei.



Esta es la razón por la que hemos dejado México y estamos ahora a tantos kilómetros de distancia. Así que imagínate que alegría y paz para el espíritu comenzar el camino. Tener un para qué y para quién, rostros muy concretos.  También ellos están muy felices. 



Ha viajado Gersón  (sacerdote misionero Verbum Dei) de Manila y hemos tenido una misa muy emotiva. Y muy festiva ya que ha sido con la participación de los hijos, en total sumamos 18 hijos de 5 matrimonios incluyéndonos a nosotros. Y los hijos de ellos son aun pequeños.






Aún estamos en el proceso de aprender Inglés, pero ya nos vamos entendiendo bastante con ellos y hemos podido establecer lazos muy cercanos y sobre todo experimentarnos familia, hermanos de fe, compañeros de camino.
 Nuestros hijos nos han apoyado bastante ayudándonos a mejorar nuestra pronunciación. Ha sido muy divertido para ellos ver cómo vamos aprendiendo y nos reímos juntos al final del día de nuestra manera de expresarnos a veces tan graciosa, cuando tenemos errores gramaticales.




 Queremos compartir con ustedes unas sencillas reflexiones sobre lo que vamos comprendiendo que significa “Ser misionero”
Primero que nada decir que es fantástico cuando una persona llegó a cuestionarse, sobre el  para qué y para quién de su vida; estamos seguros que se llega a un nivel de conciencia que puede ser un punto de partida muy bueno.  Cuando nos preguntamos: ¿Qué puedo hacer para transformar el mundo en el que vivo? ¿Qué hacer ante tanto sufrimiento? ¿Ante la maldad y la violencia? Ante tantas otras situaciones que impactan nuestra conciencia.  Se parece mucho a algunas preguntas que le hicieron a Jesús. ¿Maestro que he de hacer para tener vida eterna? ¿Quién es mi prójimo? ¿Cuál es el mandamiento más importante?
Bueno pues esta etapa de nuestra vida nos ha permitido hacernos estas preguntas nuevamente con mucha intensidad. Recordamos mucho cuando hace 11 años llegamos a Puebla también para comenzar la misión y ante una ciudad tan grande y tanto movimiento nos preguntábamos. ¿por dónde comenzar ?   Aquí en  Filipinas hemos despertado a la conciencia que quizá en México estaba dormida sobre la desigualdad social, que quizá aquí se percibe con mayor intensidad, que hacer anta tanta pobreza, ante el sufrimiento humano, ante tanta situaciones extremas. Y muchas otras preguntas más.
A nosotros ahora el corazón esta con un fuego que es muy intenso, quisiéramos hacer tanto y nos sentimos muchas veces sin saber por donde comenzar.
Dios que es un Padre bueno, nos da la respuesta gradualmente. Y lo primero quizá es que para poder dar se necesita primero ser humilde y estar dispuesto a recibir.  A ver a ver . ¿cómo esta eso? Bueno que con humildad hemos cambiado la pregunta y en vez de preguntar. Que puedo hacer por Filipinas, hemos estado preguntando. ¿Qué me quieres enseñar Señor en Filipinas?
Las respuesta van llegando poco a poco y una de las más Claras ha sido. “Quiero enseñarte a Sonreír”. Si así de simple, sonreír en todo momento, en cualquier circunstancia. Y pensábamos en  la sonrisa de la Madre Teresa de Calcuta.. una sonrisa es uno de los regalos más hermosos que podemos dar a nuestro mundo, le hace ser un mundo mejor. En una sonrisa se puede reflejar el amor de Dios.  Y el Pueblo filipino es un pueblo que sabe sonreír.


Otra de las respuestas es la paciencia. Asi como vamos aprendiendo a hablar un nuevo idioma, con el esfuerzo diario de estudiar y de expresarnos con otras personas a pesar de no hacerlo tan correcto, parece que no se avanza mucho, pero cuando menos lo pensamos las palabras fluyen con más facilidad y la mente se va abriendo.
Lo mismo pasa en la misión.  Puede ser que la causa por la que  no nos comprometemos es porque queremos ver frutos inmediatos, o proyectos impactantes, pero cuando nos decidimos a hacer el bien el cambio comienza a darse y a su tiempo dará su fruto. Aun en lo sencillo, en lo que parece una acción con muy poca trascendencia.


Por esto para nosotros ha sido tan importante el comienzo de este curso de formación. Parece una actividad tan limitada, tan sencilla ante una población en Asia tan impresionante. Estamos invirtiendo nuestro tiempo, nuestras fuerzas, nuestra vida en cuatro familias. Pero seguro tiene más trascendencia de la que imaginamos. ¿A cuántas personas llegarán en la plenitud de su vida misionera? Cada una de estas familias llevando la misión y acompañando jóvenes, matrimonios, niños, adolescentes. Y los hijos de estas familias. ¿Qué futuro tendrán? ¿Cuánto podrán influir y trascender en la cultura Filipina? Y quizá en otros países asiáticos.
Y nuestros hijos, que huella tan profunda esta Dios grabando en su corazón al ver a sus padres con Fe y trasmitiendo la Fe.





Si este compartir pudiera ayudar a alguna persona, que al leerlo se decida a dar un paso, no importa lo grande o pequeño. Pero se decida a iniciar, lo que comprende que debe y puede hacer para trasformar la realidad en la que vive. Estaremos viviendo también nuestro ser matrimonio misionero.
“Dichoso tu siervo bueno y fiel, entra en la alegría de tu Señor, porque has sido fiel en lo poco, se te confiará mucho más.”  Mateo 25,23




lunes, 26 de agosto de 2013

Todos tus hijos me conocerán y grande será su felicidad y prosperidad. Isaías 54,13.




¿Qué es lo que hace una familia misionera? Cuántas veces hemos escuchado esta pregunta en nuestra vida de misión. Una pregunta muy de actualidad y  como se centra en el hacer…
Cuando nosotros nos hacemos estas preguntas uff imagina, cuatro hijos adolescentes, y todo lo que esto implica de ir y venir a escuelas, tener a punto desayuno, lonche, comida, cena  y limpieza de casa.  Bueeno. Entonces piensas que podemos hacer de misión y …
No es sencillo pero la respuesta va encaminada hacia el ser, no hacia el hacer y entonces el panorama puede cambiar, la misión de una familia misionera precisamente es SER FAMILIA.



En el contexto de esta realidad en Filipinas, en Asia ante un horizonte impresionante para la misión en el hacer. Dios nos recuerda el SER. Y ha sido una oportunidad muy bonita para reforzar que nuestra primera misión son nuestros hijos. Para reforzar los lazos de familia y el dialogo.
No es fácil para un adolescente cambiar de país, dejar amigos sobre todo y costumbres. Ha sido para nosotros un reto pero también una gracia, estar cerca. Hemos tenido la oportunidad de hablar con cada uno y escucharles, así como expresarles con sinceridad también lo que nosotros estamos viviendo y como lo estamos afrontando.



En la práctica médica es de llamar la atención que hay diferentes tipos de sufrimiento o dolor, hay dolor que indica un deterioro gradual hasta llegar a la muerte y hay dolor que poco a poco va desapareciendo.  Podríamos decir que es un dolor que sana.
Estamos viendo crecer a nuestros hijos y cada vez aun en medio de las dificultades del choque cultural Dios nos confirma la certeza de sus promesas. “Todos tus hijos conocerán a Yavhe y grande será su felicidad y prosperidad”
El contacto con los misioneros también ha sido una bendición para nuestros hijos varones y para toda la familia, desde la alegría y sencillez de una vida que se dona a un pueblo y una cultura diferente, contagian confianza y ayudan a ver con otros ojos la realidad del pueblo Filipino.






Y esta misma atención a los hijos que desde los criterios del hacer pudiera decirse que no es misión, precisamente esta siendo nuestro mayor aporte a las familias con las que convivimos. Tanto es así que en varias oportunidades de compartir nos lo han dicho. Les sorprende la cercanía que tenemos con ellos, la paciencia que ve y sobre todo el dialogo de tu a tu, ya que en la cultura la relación sobre todo con los padres es muy distante y muchas veces se impone con violencia la disciplina. Dios es bueno y nos permite crecer y desde nuestras luchas cotidianas ser luz para el mundo: “Que viendo sus buenas obras glorifiquen al Padre que está en los cielos”








martes, 13 de agosto de 2013

La palabra de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros. (Jn. 1,14)



Gracias a Dios que nos permite vivir y en cada día nos da el regalo de la esperanza.  ya estamos a 40 días de nuestra estancia en Filipinas.




Alguien nos comentaba al respecto. "que bueno ya están pasando el desierto" y nosotros le respondíamos,  parece que estamos entrando.
y es que después de cuarenta días hay cosas a las que te vas acoplando, pero también es cierto que comenzamos a añorar y a experimentar una nostalgia a veces profunda de muchas cosas y de muchas personas.
La famosísisma comida mexicana que nada mas de mencionarla se nos hace agua la boca. la ciudad con la organización y estructura a la que estamos acostumbrados, el mercado con las cosas que nos parecen familiares, esto y mas se comienza a añorar. y bueno que no decir de las personas.
Es una invitación de Dios a estar mar adentro, a entrar en el desierto para poder verle con mayor claridad, para aprender a depender de él a vivir de él , a tener hambre y sed de hacer su voluntad.
Estos días orando en el " jeepney" transporte local del que ya les hemos hablado y mirando todas las realidades que un poco hemos comentado, Dios pone la certeza en el corazón.  "mi delicia es estar entre los hijos de los hombres" ¿en esta realidad señor? ¿en esta cultura? en medio de un calor tremendo y de mucha" miseria social", en medio de una ciudad que no permite ver las maravillas de la naturaleza que le rodean porque la contaminación por el excesivo trafico; la basura; "el desorden" entre otras cosas acaparan la atención.
pero Jesús insiste: " estoy con ellos, vivo entre ellos, comparto con ellos sus sufrimientos y su dolor, sus gozos y esperanzas"
La vida de ustedes será para ellos una manifestación de este deseo que tengo, vivir entre ellos. es entonces cuando comprendo las palabras que leí en una revista antes de venir a Filipinas por primera vez. El lenguaje universal es el amor y este todos los hombres lo comprenden.



Queremos compartir con ustedes un email de un amigo sacerdote salesiano, que nos conoce desde nuestra adolescencia y ha compartido con nosotros nuestro caminar en la Fe.

"Sí, es cierto lo que ustedes dicen. Lo más difícil es que están en otra cultura, con todo lo que eso significa: mentalidad, costumbres, tradiciones, forma de entender la vida y de relacionarse, alimentación, horarios, etc. A eso se añade el idioma, el clima y otros factores externos. Aunque el mundo se ha "occidentalizado" bastante, hay también en muchos pueblos y regiones una fuerte tendencia a aferrarse a la propia cultura, a veces defendiendo lo esencial y en otras aferrándose a aspectos secundarios. Entrar en otra cultura para entenderla y asimilarla no es fácil. Se requiere tiempo y diálogo.
Que Jesucristo que se hizo judío, les acompañe siempre.
Con afecto

P. Javier "


jueves, 8 de agosto de 2013

Encuentro con el Cardenal Tagle.



Hola familia!!

Les compartimos que nos colamos en una conferencia que dio el cardenal de Manila a los seminaristas de Cagayán de Oro.



El tema fue sobre el vaticano II y el sacerdocio. Planteaba cosas muy importantes como la actitud de servicio constante de parte de los pastores, para favorecer una Iglesia donde todos nos ponemos al servicio de los demás y le llamó "el secreto poderoso" para evangelizar.

Es un hombre muy brillante que ha trabajado en la Comisión teológica internacional, pero es muy sencillo y era considerado candidato a Papa en las votaciones anteriores. El Papa Benedicto XVI lo llamó "la joya de la Iglesia" porque sus propuestas son muy buenas y su vida en una lucha constante por ser coherente.

Hubo un momento que llamaron a las comunidades religiosas del lugar, muy numerosas, una por una a que pasaran a tomarse la foto. Cuando dijeron "misioneros Verbum Dei", pasamos nosotros dos y ¡¡vaya multitud que somos!!



Es un hombre tan sencillo que no quiere que le besen la mano, ni que le hagan tantas reverencias. Al contrario, el se agacha para hacer la reverencia a quien lo saluda.

Damos gracias a Dios porque vamos encontrando en Asia una Iglesia sencilla, misionera, servicial, con apertura a una nueva forma de trabajar y de evangelizar.

Un fuerte abrazo para todos, los queremos mucho.

Sus hermanos en Cristo.
Adriana y Poncho.