miércoles, 18 de diciembre de 2013

Navidad en Filipinas.



Querida familia:

A seis meses de estar por estas tierras, seguimos extrañando nuestro país. Sin embargo el Señor nos llama a mirar detrás de los sentimientos y a descubrir lo que El nos está ofreciendo en este hermoso país.
En estos días, previos a la Navidad... ¡¡¡todavía no podemos creer que es Navidad!!!.




Primero, porque hace un calor enorme y normalmente relacionamos frío con  Navidad. Estar todos abrigados, pidiendo posada, tomando un delicioso ponche, pero nada de eso se hace aquí.

No ves luces especiales en las calles, ni nacimientos, ni calles adornadas especialmente.  Sólo los centros comerciales, eso es igual en todos los sitios. El famoso "Santa Claus" sentado buscando con quien retratarse.  Las tiendas con promociones especiales por Navidad. Eso no cambia, ni aquí, ni en China.  El consumismo sigue siendo el mismo a donde quiera que vayas.

El calor es altísimo, no disminuye ni con las lluvias de esta temporada.  La Navidad para el filipino es un tiempo de fiesta.  Pero como todo el año es fiesta, no se ve mucha diferencia.

Lo que lo hace distinto es que desde el día 16 de diciembre empiezan las "misas de gallo" que son a las 4.30 de la mañana, como lo oyen...  Empezar desde muuuuuy tempranito, con la misa y así los 9 dias previos a la Navidad.  Es decir, que aquí hay 9 "misas de gallo", desde el 16 hasta el 24 de diciembre.




Por lo tanto, no hay posadas. No se conoce en estos rumbos los típicos cantos que entonamos en México "en el nombre del cielo.. os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada".  Es otra manera: La fiesta de vivir un día más se realiza todos los días, la posada a los hermanos más pobres es todos los días, el nacimiento de nuestro buen Dios en cada gesto de amor a los filipinos, nos lo pide todos los días.

Esta Navidad para nuestra familia será muy distinta. Quizá sin "posadas" sin "ponche" sin luces y sin parientes.  Será celebrar el nacimiento de un Dios en el silencio, sin tanto ruido, sin tantas luces, en la soledad de la cueva de Belén. 

Este año la propuesta de Dios para nosotros se llama: Encarnación.  Es decir, en medio de esta cultura filipina, la Palabra quiere hacerse carne y habitar entre nosotros  (cf. Jn. 1,14) 


Por supuesto, que no será fácil pasar nuestra primera Navidad fuera de México.  Pero sabemos que somos extranjeros en este mundo y que vamos caminando hacia la Patria definitiva: El Cielo. Simplemente es vivir la Navidad como José y María: ellos no la pasaron entre fiestas, ponches, vinos, luces,ni ruido sino en el silencio: contemplaron, amaron y fueron testigos del nacimiento del Dios Vivo.