viernes, 17 de julio de 2015

Dos años en Filipinas: llevamos un Tesoro en vasos de barro. 2 Cor. 4,7.

Definitivamente que la vida es un regalo, y cuando tenemos la oportunidad de contemplarlo y de mirar un poco hacia atrás, quedamos sorprendidos de todo lo que hemos podido vivir en este tiempo.
La semana pasada cumplimos dos años de haber llegado a Filipinas, mismo tiempo fuera de México con todas las consecuencias que eso implica. El primer sentimiento es de agradecimiento, primero que nada a Dios que ha sido un padre providente y a través de medios humanos nos ha manifestado que está con nosotros y que es verdad que cuando nos invertimos por el Reino, Él se encarga de hacernos llegar el salario que necesitamos como trabajadores de su vina.

Así que una de las cosas que hemos aprendido en estos dos años es a confiar, a vivir en carne propia que cada día tiene su propio afán.  Ya que no tenemos un salario fijo o contrato que garantice que el mes siguiente recibiremos el donativo pero si tenemos gastos mensuales fijos y después de dos años nada nos ha faltado, Dios ha sido muy bueno con nosotros.

En nuestro primer retiro como matrimonio la canción lema hablaba de la cita de Isaías capítulo 54, “Ensancha el espacio de tu tienda” así podemos describir estos dos años, se está ensanchando nuestro corazón, nuestra mirada, la manera de percibir el mundo, la manera de vivir nuestra fe, y hasta la comprensión de lo que significa ser padre y madre.

Y es así como están entrando nuevas personas en nuestra vida, nuevas costumbres, otro idioma, otro clima, etc…


Estos dos años  ha sido un tiempo de aprender a esperar que la semilla de su fruto, aprender que Dios tiene sus caminos y estos implican paciencia, fe, esperanza;  nos experimentamos, sembrando, sembrando, sembrando. Estamos aprendiendo de la cultura asiática a no querer forzar las cosas, a aprender que todo tiene su tiempo y que la perseverancia y la constancia en su día tienen resultados sorprendentes. En definitiva es también lo que Jesús nos ensena en el evangelio, el reino es como el grano de mostaza, la semilla más pequeña, pero cuando crece se convierte en el árbol más grande del huerto, también lo compara con el fermento en la masa que se deja toda la noche y donde parece que no pasa nada, está ocurriendo una transformación. Así es que preparamos las formaciones con todo nuestra dedicación, programamos y estamos estructurando la comunidad para poder llegar a muchos y ser más misioneros;  poder recibir a más personas y compartirles la riqueza y el gozo del evangelio; aunque aún somos muy pocos. Le dedicamos mucho tiempo al dialogo con las personas a la dirección espiritual y acompañamiento y esperamos pacientemente que la persona tome sus decisiones y se encuentre con la respuesta que está buscando.



Así es la naturaleza y así funcionan tantas cosas, comienzas a comer sano un día y no se nota, igual en una semana o un mes, pero si te mantienes perseverando después de varios meses ves la diferencia, lo mismo con la vida espiritual, vas a orar un día, o dos o una semana o un mes y te experimentas el mismo, pero si perseveras te das cuenta que Dios está trabajando y que los frutos de espíritu están creciendo.

Y ya vamos percibiendo que hay cambios, recuerdo los primeros meses cuando quería saludar a alguien siempre nos salía naturalmente el español: buenos días, hola etc. Y era para nosotros un gran esfuerzo cambiar el modo mental a otro idioma, ahora parece más natural. Otro ejemplo sencillo hace dos años en estas fechas nos moríamos de calor y no podíamos ni caminar una cuadra porque ya habíamos mojado la camisa de sudor, ahora a veces sentimos rico el clima y algo de fresco. 

A la hora de comer estiraba la mano como queriendo agarrar una tortilla, ahora ya no siento que algo me hace mucha falta. Los primeros meses siempre tenía que poner al arroz algo para que tuviera sabor ahora puedo percibir el sabor de arroz y sorprendentemente me gusta.



Nos daba miedo contestar el teléfono o salir a comprar algo a una tienda o buscar algún servicio porque no sabíamos cómo preguntar o no nos entendían, ahora ya damos pautas, charlas y hasta seminarios de teología, bueno aclarando que todavía tenemos mucho que mejorara gramática y pronunciación pero ya nos expresamos.

Qué raro era para nosotros ver a las musulmanas cubiertas de pies a cabeza y solo con un orificio en los ojos para ver, ahora lo vemos con naturalidad lo mismo que los lugares especiales para que ellos puedan hacer sus oraciones en los aeropuertos, centros comerciales etc.



Nos daba pánico manejar en un calle llena de triciclos, motorelas, motos, niños, señoras, camiones, perros etc, era como hacer maniobras extremas para librar  a todos.



En estos dos años hemos encontrado personas, familias, parejas que nos han hecho sentir más que bienvenidos, que comprenden y valoran mucho nuestro esfuerzo y lo que ha significado para nosotros dejar nuestro país, nos ha ofrecido su amistad y apoyo y se han convertido en familia para nosotros.





Bueno estas son unas entre otras cosas a las que nos hemos habituados; hay otras que aún estamos en camino, quizá la más difícil sea ser papas virtuales con nuestros dos hijos mayores lejos de casa; el internet que la mayoría de las veces no nos permite tener una conversación fluida; otra de ellas es el dolor de la desigualdad social, los pobres muy pobres y los ricos muy ricos, así como que aún estamos tratando de  comprender cuestiones culturales que provocan baja autoestima en ellos para poder iluminarlas desde el evangelio.




En medio de todo tenemos la certeza de que Dios nos llama a vivir con este Pueblo, a compartir con ellos sus alegrías y tristezas, sus gozos y esperanzas así como su dolor y miedos.



Por favor sigan orando por nosotros.


Poncho y Adriana

viernes, 3 de julio de 2015

Los milagros suceden en el silencio.

FILIPINAS, JUNIO 2015

Querida familia:

Como están?  Nosotros muy agradecidos por su generosidad y por su ayuda para seguir sosteniendo esta misión.

Tenemos la certeza de que los más grandes milagros se realizan en el silencio... a veces parecen desapercibidos porque están escondidos en los corazones que sufren, pero que son capaces de abrirse al amor de Dios y a su gran misericordia.

Acabamos de ser testigos de los milagros que hace la Palabra de Dios cuando toca el corazón de "los humildes y sencillos" (Mt. 11,5), los "cansados y agobiados" (Mt. 11,28) que han optado por estar como María a los pies del Maestro (Lc. 10,38).

En el mes de mayo, predicamos una semana de ejercicios espirituales en silencio para un grupo de jóvenes, matrimonios y personas solas que se dispusieron para tener por primera vez en su vida momentos largos de meditación en silencio, a través de la Palabra de Dios.

Estuvimos en un hermoso monasterio benedictino, en un lugar de esta isla de Mindanao llamado Malay Balay, a unas tres horas de distancia de la ciudad de Cagayan de Oro, en la que nos encontramos trabajando.  De hecho, en algunos momentos nos unimos a la liturgia de los monjes benedictinos, quienes ofrecieron especialmente su oración de esa semana por nosotros.



Una de las jóvenes que asistió al retiro de una semana se llama Bia y tiene apenas 18 años, es la primera vez que hace un retiro de este tipo y de hecho, tiene muy poco que se acercó a la escuela de la Palabra que tenemos en una de las universidades de Cagayán de Oro. Pero es una filipina que ha sufrido mucho, y que está muy sedienta de conocer el amor de Dios.

Esta jovencita, al principio estaba muy inquieta porque no podía estar en silencio y buscaba su celular o se acercaba a otros jóvenes para empezar la conversación. Sin embargo, una vez que empezó a entrar en el dialogo con Dios a través de su Palabra, nos dejó sorprendidos los largos ratos que pasaba en oración en la capilla, en los tiempos de descanso e incluso, encontró otra capilla en lo más alto del monasterio que nos encontrábamos para ir a dialogar con Dios en un lugar todavía más silencioso.
Uno de esos días de retiro, mientras rezábamos el rosario, note que esta chica  estaba llorando. 

Experimenté un impulso de acercarme y poner mi brazo en su hombro, haciéndole saber en silencio de que ahí estábamos como familia en Cristo, apoyándonos unos a otros.  Después que termino el rosario, me comento que ese día sucedió  un cambio en su vida cuando hablaba con María durante el rosario. Me compartió que había sido capaz de perdonar a su mama, porque la abandono para irse a vivir con otro hombre a Singapur, dejándola a ella, una hermana más pequeña y a su papa  en Filipinas.

Ella lloraba mientras me expresaba como la Virgen, con su ternura le explicaba  la Palabra de Dios y como en medio del dolor que ella sentía como hija ante el abandono de su madre, María le decía, solo haz lo que Jesús te diga y tu madre se salvara.  Ese abrazo que nos dimos cuando me compartió su oración, nos ha convertido en madre e hija. Ahora, yo experimento que María la ha puesto a nuestro cuidado y ella, experimenta en mí, la confianza y cercanía que no ha logrado tener con su madre de esta tierra.

Bia es un milagro caminando, en el poco tiempo que lleva orando con la Palabra de Dios ha logrado perdonar a su mama, y está haciendo un camino de sanación y de ayuda a su hermanita y a su papa. 
Nos comentó que un poco antes de entrar a la comunidad, su "padrino de bautizo" le propuso que se fuera  al extranjero para salir de la pobreza, ofreciéndole "contratarla" como servidora sexual de extranjeros, situación que es muy común entre las jovencitas filipinas con familias disfuncionales.  Pero Dios que ama tanto su vida,  la esta cuidando a traves de la comunidad y está haciendo un camino de recuperación integral desde la Palabra de Dios. Ahora ella está orando diariamente, y ha empezado a ayudar a otros jóvenes que se van acercando a la escuela de la Palabra de universitarios.



Damos gracias a Dios porque nos deja palpar la importancia de seguir evangelizando en Filipinas. Este y muchos milagros más que les estaremos compartiendo, fruto de poner a nuestros hermanos en contacto con la Palabra de Dios.    "No podemos dejar lo que hemos visto y oído" (Hech. 4,20)  Dios es un Padre misericordioso que ama a sus hijos y los atrae hacia El con infinita paciencia y ternura.
A nombre de todas estas personas, les  agradecemos sigas apoyándonos en esta maravillosa tarea en la que Dios nos hace testigos de Su Amor y misericordia. Ustedes, con sus oraciones y con su apoyo económico están haciendo posible que la Palabra siga haciendo MILAGROS en el corazón abierto y sencillo de nuestros hermanos filipinos.

Reciban un fuerte abrazo para cada uno de los miembros de sus familias, les estamos muy agradecidos por su apoyo y sepan que cuentan con nuestras oraciones también.


Sus hermanos en Cristo,

Adriana y Poncho.

martes, 21 de abril de 2015

2015: "DON’T STOP DREAMING "

We began 2015 with many challenges: in our family, in the course of formation of marriages, in the apostolate we carry on this island and of course in finances. It is not easy to carry-on when you experience in the heart so many questions, uncertainties and human practicality which asks : How can a missionary family with four children live here without a secured income? Is it necessary to risk so much, and live without a salary or social security? Should we go ahead with the mission when we are experiencing so many difficulties?

As I write now, Pope Francis is concluding his visit to the Philippines. We had the feeling of having experienced through him, God's answer to our questions, when in a message to Filipino families in the "Mall of Asia" he stated: "Do not stop dreaming with your children, your marriage, and with the world " Inwardly I experienced that God answered my fears for the future of our children who have come with us to the Philippines, the future of the couples in the training course who are preparing to engage in the evangelization of families in this country, and the concerns we have as we face the future off the project Verbum Dei Missionary Family in the Philippines.

I understood deep in my heart, "Keep dreaming, do not stop dreaming, all this is born of a dream, a dream from God, and now I share it with you, that we may dream together.

However, there is a strong fight in my heart. Dreaming is not easy, we face the harsh reality that makes us want to "put our feet on the ground" (“be realistic”) and in me is constantly the questions: "How can we keep dreaming of continuing in the Philippines when we see that we do not yet understand this culture?"

 "How can we keep dreaming of raising up a branch of couples who are dedicated to evangelization, when there are no financial resources to do so in the Catholic Church, and this kind of vocation is not understood?"

"How can we dream of an evangelized Asia when we are still millions Catholics, locked in our own selfish pursuit of security?

In a moment of prayer, I was asking the Lord "Give me the key to keep dreaming with you and like You." After making this request, there came to my mind a Bible passage that confronts me a lot: "Whoever would save his life will lose it , but whoever loses his life for my sake and the gospel's will find it" (Mk 8:35)

"What security do I seek, Lord? Why do I have this need to save my life and my family?"
 Behind this strong and clear invitation of Jesus, I realized that the dream involves self-abandonment, surrender, and trust in His Word over my fears. A degree of passion for the Gospel that gives us a touch of "madness" in the face of our temptation to always need to ensure everything is ‘in order’ and to be "feet on the ground." (practical and 'realistic').

My answer was: "Lord, I will not give up the missionary dreams that You yourself have placed in our hearts since we were dating. Ask Mary to teach us to dream, she who despite being at the foot of the cross of her Son, did not stop dreaming and hoping for the promise of the Resurrection.

¡¡¡FELICES PASCUAS DESDE FILIPINAS!!!!!

¡¡¡Querida familia!!!



Quisiéramos compartirles la alegría que nos ha dejado vivir nuestra segunda Pascua en Filipinas. 





Hemos vivido desde jueves santo a domingo de resurrección, algo que se conoce como "Pascua abierta"  a la que asistieron más de 200 personas, provenientes de diferentes islas e incluso, una familia completa que se vino desde Australia para vivir la Pascua con nosotros.



Estamos muy agradecidos con Dios, porque nos permite palpar la sed de nuestros hermanos de acercarse a la Palabra de Dios y la sed de Dios de mostrarnos Su gran amor y misericordia.
Disfrutamos de ver a los niños compartiendo sus testimonios acerca de conocer a Jesus, de ver la energía de los adolescentes y los jóvenes, bailando las canciones, presentando teatros, compartiendo en los momentos de comida con todos.







Agradecimos la presencia de los adultos, que con su deseo de poner a Dios como centro de sus familias, fueron capaces de hacer grandes esfuerzos económicos para poder participar los 4 días, junto con sus hijos e incluso nietos, para transmitirles la fe en un Dios que está VIVO y que ha entregado su vida por nosotros.



Nosotros como familia vivimos la Pascua en diferentes lugares, pero unidos por los lazos de la fe.  El mayor de nuestros hijos estuvo en Manila, en un retiro de silencio. El segundo, que está en México, vivió la Pascua en Puebla, junto con los jóvenes de la comunidad Verbum Dei. Los dos más pequeños estuvieron con nosotros, haciendo grandes esfuerzos por entender el bisaya (dialecto del lugar) y tratando de abrirse a la vivencia de la fe en esta cultura asiática.   

En cada uno de nuestros cuatro hijos, en sus búsquedas de fe y en sus opciones cotidianas, podemos descubrir el cumplimiento de las promesas que Dios nos hizo desde que empezamos a seguirle: "Grande será la prosperidad y felicidad de tus hijos, tendrán un porvenir lleno de esperanza".
Nosotros, nos experimentamos a cada paso como grano de trigo que se entierra y muere.  Sigue siendo muy difícil para nosotros la cultura, el dialecto, el clima, la alimentación....  pero en medio de todos los sacrificios y esfuerzos como familia para poder estar aquí en Filipinas... vemos como Dios pasa, como Dios les dice a nuestros hermanos cuanto les ama.



Fruto de la Pascua, hay algunos matrimonios que han expresado su deseo de empezar un camino como matrimonio misionero, por lo que el siguiente mes de mayo, tendremos un encuentro vocacional, con los matrimonios que han expresado este deseo.

Como verán, nos seguimos sintiendo muy necesitados de sus oraciones y de su ayuda, como fruto del gran corazón misionero que nuestro Dios les ha dado.

Con todo cariño y agradecimiento,

sus hermanos en Cristo,

Adriana  y  Poncho

martes, 20 de enero de 2015

2015: “NO DEJEN DE SOÑAR”


Empezamos el 2015 con muchos retos: en nuestra familia, en el curso de formación de matrimonios, el apostolado que llevamos en esta isla y por supuesto, en la economía.  No es fácil continuar cuando experimentas en el corazón tantas preguntas, incertidumbre y evidencias humanas que nos dicen: ¿Qué hace aquí una familia misionera  con cuatro hijos sin una economía  asegurada? ¿Es necesario arriesgar tanto sin tener un sueldo o seguridad social? ¿ Se debe seguir adelante con la misión cuando se experimentan  tantas dificultades?



Mientras ahora les escribo, el Papa Francisco está concluyendo su visita a Filipinas.  Tuvimos la sensación de haber experimentado a través de él, una respuesta de Dios a nuestras preguntas, cuando en un mensaje dirigido a las familias filipinas en el “Mall of Asia” expresaba:  “No dejen de soñar con sus hijos, con su matrimonio, con el mundo” Interiormente experimenté que Dios respondía a mis miedos de cara al futuro de nuestros hijos que se han venido con nosotros a Filipinas, de cara al futuro de los matrimonios del curso de formación que se están preparando para dedicarse a la Evangelización de las familias de este país, de cara al proyecto de la Familia Misionera Verbum Dei en Filipinas.



Entendí en lo profundo de mi corazón: “Sigan soñando, no paren de soñar, todo esto ha nacido de un sueño, el de Dios y ahora, lo comparto con ustedes, para que soñemos juntos”.

Sin embargo, hay una lucha fuerte en mi corazón. Soñar no es fácil, estamos ante la cruda realidad que nos dan las evidencias para “poner los pies sobre la tierra” y en mi interior está constantemente esta pregunta: ¿Cómo seguir soñando en continuar en Filipinas ante las evidencias de no entender todavía esta cultura? ¿Cómo seguir soñando con una rama de matrimonios disponibles dedicados a la evangelización cuando no se tienen recursos económicos para ello y en la misma Iglesia católica no se comprende esta vocación? ¿Cómo soñar con un continente asiático evangelizado cuando todavía somos millones los católicos que seguimos encerrados en nuestra egoísta búsqueda de seguridad?

En un momento de oración, le pedía al Señor “dame la clave para seguir soñando contigo y como Tu”.  Después de hacer esta petición, vino a mi mente un pasaje bíblico que me confronta mucho: “El que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por Mí y por el Evangelio, la encontrara” (Mc. 8,35) ¿Qué seguridades busco Señor? ¿por qué esta necesidad de salvar mi vida y la de mi familia? Detrás de esta invitación tan fuerte y clara de Jesús, comprendí que soñar implica abandono, renuncia, confianza en Su Palabra por encima de mis miedos, un grado  de pasión por el Evangelio que nos regala cierto toque de “locura” , frente a nuestra tentación constante de asegurar todo y de tener los “pies sobre la tierra”.



Mi respuesta fue: Señor, no quiero frenar los sueños misioneros que Tu mismo has puesto en nuestros corazones desde que éramos novios. Pido a María que nos enseñe a soñar,  Ella que a pesar de estar a los pies de la cruz de su Hijo, no dejó de soñar  y de esperar, la promesa de la Resurrección.